Elaboración de un herbario local: guía básica

Prof. Carlos  Romero Zarco, Universidad de Sevilla

I.-Introducción

La Taxonomía Vegetal es la parte de la Botánica que se encarga de la identificación, nomenclatura y clasificación de las plantas. Una de sus bases metodológicas es la técnica del herbario. Una de las exigencias del método científico es que las observaciones y los resultados de un investigador puedan ser repetidos y discutidos por otros. La conservación de las muestras vegetales en una institución es por tanto imprescindible para la validez y el progreso de dicha ciencia, que es la base sobre la que se asientan las restantes especialidades de la Botánica (fig. 1).

Sin embargo en su origen el herbario fue una solución técnica a un problema de tipo práctico: la necesidad de conocer bien las especies para su uso medicinal. Durante la Edad Media los médicos usaban, en lugar de los actuales "Vademecum", unos libros con ilustraciones de las plantas medicinales conocidas: los "Herbolarios" o "Herbarios", la mayoría de esas plantas fueron usadas en la Grecia clásica y muchas provenían de Oriente. Muchos médicos con inquietudes científicas se dieron cuenta de que a menudo las ilustraciones no reflejaban bien la realidad, bien porque representaban plantas diferentes a las que crecían en su patria, bien porque de tanto copiar las ilustraciones se habían alterado tando los carateres que ya no se correspondían con ninguna planta real. Es posible que algunos desecaran pequeños fragmentos de hojas o flores de las plantas que conocían dentro dichos libros, para añadir un dato más real y poder reconocer mejor la especie local que ellos usaban... Así pudo nacer la técnica del herbario, que al principio se llamó "hortus siccus".


La invención "oficial" del herbario se atribuye a un tal Luca Ghini (1490-1556), profesor de Botánica de la Universidad de Bolonia —sí, sí... la Botánica es más antigua que la Biología y se enseñaba entonces a los médicos— Su método consistía en desecar las plantas bajo presión dentro de un pliego de papel, permitiendo así la consevación de las muestras para su estudio posterior. Su método se difundió al resto de Europa y adquirió importancia durante los siglos XVII y XVIII, cuando los descubrimientos geográficos produjeron una avalancha de nuevas especies que era necesario estudiar.


Fig. 1.- Ejemplar de herbario que utilizó el botánico E. Boissier para describir la especie Vicia monardii en 1852 (herbario del Museo Botánico de Ginebra)


Se crearon así los principales herbarios institucionales, asociados a jardines botánicos que gestionaban los recursos vegetales de las colonias.

En la actualidad existen centenares de grandes herbarios que atesoran un inmenso archivo vegetal que es el resultado y a la vez el testimonio científico de la investigación en Botánica. Se han realizado muchos progresos en los materiales, la conservación y la documentación de los herbarios, pero la técnica básica sigue siendo ese gesto tan secillo de aquel profesor del s. XVI: introducir una flor entre dos hojas de papel.

II.-Objetivos

La elaboración de un herbario de carácter local tiene los siguientes objetivos:

  1. Aprender la técnica básica del herbario.
  2. Aprender la metodología de la identificación de las plantas.
  3. Servir de colección de referencia para el estudio de la flora local.
  4. Contribuir al conocimiento de la distribución de las plantas dentro de una comarca, provincia y región dadas.
  5. Servir de testimonio sobre la presencia en determinadas zonas de ciertas especies de valor florístico o ecológico que puedan ser amenazadas por la actividad humana (recalificaciones de terrenos, roturaciones, actividades de extracción de áridos, repoblaciones inadecuadas, sobrepastoreo, etc...).
  6. Elaborar un catálogo de la flora local con información:
  1. Iniciar una línea de investigación que trasciende de la actividad de un grupo concreto de personas hacia las generaciones futuras.

III.-Materiales

  1. Herramientas y materiales de campo
    1. Azadilla de mano o similar
    2. Guantes de jardinería
    3. Tijeras de podar pequeñas
    4. Navaja o machete
    5. Bolsas de plástico de varios tamaños
    6. Cinta métrica (10 m)
    7. Lupa de mano o cuentahilos
    8. Cuaderno de tapa dura (cuaderno de campo)
    9. Lápices, bolígrafos y etiquetas de papel
    10. Prensa de mano (o de campo) construída mediante dos tablas de contrachapado o dos parrillas de listones de pino; medidas aproximadas: 46 x 29 cm y 5-10 mm de grosor. Se atan mediante dos correas
  2. Instrumentos de laboratorio
    1. Lupa binocular (microscopio estereoscópico), mínimo de 20 aumentos.
    2. Arcón congelador (-18º). En caso necesario sirve un buen frigorífico con congelador.
    3. Pinzas de punta fina (de las que usan los relojeros).
    4. Aguja enmangada.
    5. Lanceta afilada o escalpelo.
    6. Prensa pesada o de laboratorio (de tornillos) contruída con dos tablones macizos de pino de 60 x 35 x 4 cm, unidos por dos espárragos roscados de 60 cm y 15 mm de diámetro, provistos de grandes palometas de 30-40 cm.

3.      Bibliografía recomendada para las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla

    1. Para biólogos y estudiantes experimentados: B. Valdés & al. (eds., 1987) Flora Vascular de Andalucía Occidental. Ketres Editores S.A., Barcelona (fig. 2)[i]

b.      Para novatos: C. Romero Zarco & J. Roales (2001) Flodhis 2001: Flora Didáctica Hispalense, Universidad de Sevilla, en CD-Rom y en Internet: https://www.us.es/flodhis (fig. 3).

c.      Para trabajos de investigación es imprescindible consultar Flora Iberica (S. Castroviejo & al., 1989-2002).

Fig. 2.- Páginas de la Flora Vascular de Andalucía Occidental (Valdés & al., 1987)

Fig. 3.- Portada del CD-Rom "Flodhis 2001" (C.Romero & J. Roales)

4.      Mapas (algunos no se pueden adquirir sueltos o están agotados):

    1. Cartografía militar escala 1: 50.000 con coordenadas UTM. Ejemplo: hoja 13-43 (1.035) "Montellano"
    2. Mapa geológico de España E. 1: 50.000. Instituto Geológico y Minero de España (1988). Ejemplo hoja nº 1035 (13-43) Montellano
    3. Mapa de suelos. Ejemplos:

                                                              i.      Mapas provinciales de suelos. Sevilla. Instituto de Nacional de Investigaciones Agrarias (1975)

                                                            ii.      Estudio Agrobiológico de la provincia de Sevilla. Diputación Provincial (1962). Contiene mapa de suelos E. 1: 250.000

    1. Mapa de cultivos y aprovechamientos E. 1: 50.000. Ministerio de Agricultura (1975). Ejemplo: hoja 1035 (13-43) Montellano
    2. Mapas de vegetación:

                                                              i.      Estudio Agrobiológico de la provincia de Sevilla. Diputación Provincial (1962). Contiene mapa de vegetación E. 1: 250.000

                                                            ii.      Mapa de las series de vegetación de España 1: 400.000,  de S. Rivas-Martínez, ICONA (1987). Ej.: hojas nº 26, Cádiz

  1. Papel y medios de montaje
    1. Pliegos de papel de periódico tamaño estandar
    2. Hojas de papel secante (tipo estraza o similar), que no contenga grasa
    3. Pliegos de papel blanco o de tonos claros de 45 x 29 cm (medidas una vez doblado)
    4. Cartulinas o papel grueso de tonos claros de 44 x 28
    5. Etiquetas normales o autoadhesivas 13 x 9 cm o tamaño parecido
    6. Cinta adhesiva de tela o esparadrapo
    7. Cola blanca
  2. Productos químicos:

La mayoría de los productos que se utilizan en la conservación de un herbario son tóxicos y no son recomendables para un herbario de carácter local. Los insecticidas a base de piretrinas de uso doméstico son los únicos recomendados para eliminar posibles plagas y siempre siguiedo las recomendaciones del fabricante. Los productos fungicidas son tóxicos y caros, por lo que es mejor utilizar medios físicos y preventivos: el control de la humedad es el más barato y eficaz. Se consigue controlando que la desecación de las plantas sea rápida y completa. Se pueden utilizar bolsitas de gel de sílice que se introducen en las cajas o armarios y que se reutilizan secándolas periódicamente en una estufa.

7.      Material de oficina y  mobiliario:

    1. Ordenador personal con procesador de texto y programa de manejo de bases de datos
    2. Impresora
    3. Una mesa de trabajo amplia
    4. Armario metálico con puertas opacas de cierre hermético y baldas interiores. Hay que prever la posibilidad de adquirir otros iguales cuando el herbario crezca.
    5. Cajas de cartón de las medidas adecuadas para almacenar los pliegos del herbario y optimizar el espacio de los armarios
    6. Cinta adhesiva de embalar para preparar paquetes de plantas
    7. Papel de embalaje resistente (color cuero)

IV.-Métodos básicos:

1. Información previa

A) Antecedentes

Es importante buscar y recopilar la información previa existente sobre la flora local, en primer lugar tomando  como referencia principal la flora regional si existe, por ejemplo "Flora Vascular de Andalucía Occidental" que se menciona en el apartado III.3. Otras fuentes a investigar son las tesis doctorales y artículos publicados en revistas especializadas. Por ejemplo, para las sierras subbéticas sevillanas existe una tesis dosctoral leída en la Universidad de Sevilla por el prof. Emilio Ruiz de Clavijo cuyos resultados están publicados. Véase:

·        E. Ruiz de Clavijo, B. Cabezudo & E. Domínguez (1984) Contribución al estudio florístico de las serranías subbéticas de la provincia de Sevilla. Acta Botanica Malacitana 9: 169-231. Universidad de Málaga.

·        Así  como numerosos artículos sobre la flora andaluza publicados principalmente en las revistas Lagascalia (Univ. de Sevilla) y Acta Botanica Malacitana (Univ. de Málaga)

B) Factores geográficos

Se recopilará la información existente sobre geología (mapas geológicos, etc.), suelos (mapas de suelos), cultivos (estudios agro-biológicos) etc., así como los datos climatológicos correspondientes a las estaciones más próximas a la zona de estudio, que pueden solicitarse a través de Internet al Instituto Nacional de Metereología (www.inm.es).

C) Legislación

Es muy importante conocer la legislación vigente sobre recolección de especies de flora silvestre y los catálogos de especies amenazadas. Para Andalucía se debe consultar la Ley 8/2003 de 28 de Octubre de la flora y la fauna silvestres (BOJA de 12 de Noviembre) y el LIbro Rojo de la Flora Silvestre Amenazada de Andalucía, tomos 1 y 2 (G. Blanca & al., 1999-2000). Además hay que tener en cuenta que en los espacios naturales protegidos no se pueden recolectar muestras sin permiso administrativo previo.

2. Recolección

Las salidas al campo para realizar la recolección deben de distribuirse a los largo de todo el año, con una frecuencia mayor en los períodos de máxima floración. Para un área de muestreo que se pueda recorrer en un solo día, puede servir de referencia el siguiente plan de trabajo:

Siempre que sea posible se recolectarán las plantas en flor y con fruto, volviendo si fuera necesario al mismo lugar donde se recogió en flor para recolectar la planta con fruto.

Las plantas herbáceas de tamaño pequeño o mediano (hasta unos 60 cm), se arrancan a mano o se desenraízan con ayuda de la azada y se recolectan enteras.

De las plantas herbáceas de mayor tamaño y de las leñosas se desgaja o se corta una rama con flores y/o frutos. Si fuera necesario se toma otra rama con hojas. En el caso de plantas con hojas basales (generalmente grandes), se desprende una de dichas hojas para prepararla en pliego aparte.

Las plantas con bulbos o tubérculos se deben recolectar lo menos posible, para no dañar las poblaciones. Cuando estos órganos son pequeños (2-3 cm) se pueden cortar en rodajas verticales para su prensado. Cuando son grandes es mejor dejarlos "in situ". Se excava al pie y se extrae la planta completa con el órgano perdurante. Luego se anotan las características del bulbo o tubérculo (tipo, tamaño, posibles coberturas de hojas especiales, etc). A continuación se separa la parte aérea y se vuelve a enterrar el órgano subterráneo.

En todos los casos anteriores es conveniente recolectar más de una muestra para suplir posibles pérdidas o para obtener duplicados. También es conveniente, sobre todo al principio, recolectar en una bolsita un ramillete de flores para poderlas diseccionar en el laboratorio, manteniendo intactas las del pliego para el herbario.

Hay que poner atención a las praderitas de pequeñas herbáceas que crecen en terrenos arenosos húmedos que se secan pronto, así como a las plantas acuáticas, que a veces no florecen o tienen flores casi invisibles.

Las plantas recolectadas en un mismo lugar se introducen en la misma bolsa de plástico, con una etiqueta escrita a lápiz donde se anota la fecha y el lugar. Las plantas más pequeñas o delicadas pueden guardarse dentro de un bolsa más pequeña para que no se pierdan entre las grandes.

3. Documentación

En cada punto de muestreo se anotará en el cuaderno de campo (fig. 4) la siguiente información:

Estos datos servirán para etiquetar todas las plantas de la misma bolsa.

Para cada especie que se recolecte en el mismo lugar se harán las siguientes anotaciones:

4. Prensado y desecación

Cuando la salida al campo es de corta duración (por ejemplo una mañana), pueden prepararse las plantas por la tarde en el laboratorio, o guardar las bolsas anudadas en un frigorífico (a unos 8 º C) para preparar las plantas al día siguiente con la prensa pesada (fig. 5). Cuando la excursión dura un día completo o si el clima es muy adverso (demasiado calor), se preferible hacer una paradita en un lugar adecuado y preparar las plantas con la prensa de mano.

En ambos casos cada planta se coloca en un pliego de papel de periódico en cuya esquina inferior derecha se habrá anotado previamente el número de recolección. Se despliega la planta de forma que queden sus partes bien visibles (en especial las flores o frutos), eliminando las partes que sobresalgan o que abulten demasiado.

Luego se coloca el pliego sobre una almohadilla secante (varios pliegos de papel de estraza grapados) y se tapa con otra, a la vez que se ejerce cierta presión con las manos para acomodar la planta. Habrá que tener especial cuidado con las plantas espinosas, que conviene someter a "tratamiento" previo aplastándola entre dos almohadillas o dos tablas en el suelo, mejor con ayuda de los pies que de las manos. Los bulbos, tubérculos y frutos voluminosos, en caso de que sea necesaria su recolección, se guardan aparte para secarlos en estufa o al sol.

Las plantas acuáticas se preparan siguiedo la misma técnica que para el prensado de las algas. Véase el apartado "Conservación de las algas" en la página "Prácticas de Biología Marina":

https://www.pdipas.us.es/c/carromzar/algas/portada.html

Fig. 4.- Cuaderno de campo

Fig. 5.- Prensa de tornillos

Cuando tengamos el paquete formado por pliegos y almohadillas se mete en la prensa y se aprieta. No es conveniente ejercer una presión excesiva al principio, sólo la necesaria. En horas y días sucesivos se aumentará la presión a medida que las plantas pierdan agua y volumen.

Al día siguiente hay que cambiar todas las almohadillas secantes por otras secas, dejando cada planta dentro de su pliego de campo. Lo mismo se repetirá diariamente al menos durante tres o cuatro días seguidos. Luego se puede cambiar cada dos días y empezar a extraer los pliegos que estén secos. Éstos se reunen en paquetes sin apretar y se ponen al sol (sin que le dé el sol directamente a las plantas) para que acaben de secarse. Cuando en la misma prensa se preparan plantas delicadas junto con otras más robustas, espinosas o suculentas, conviene separarlas mediante un panel de madera intermedio, para que la humedad, las espinas o los bultos de éstas últimas, no alteren la desecación de las primeras.

La conservación de los colores de las flores mejora mucho si se plancha cada pliego (sin usar el vapor) por encima de la almohadilla secante. Esto se puede hacer a partir del segundo día de prensado. Luego se vuelve a meter en la prensa.

5. Descontaminación y conservación

El método recomendado para colecciones particulares y herbarios locales es la congelación a -18 º C durante tres días del material una vez bien seco y envuelto en bolsas de plástico precintadas. Las colecciones ya existentes en el herbario se someterán a descontaminaciones periódicas a ser posible todos los años. Cada tres días se saca un paquete y se mete el siguiente, conservando el mismo orden. Hay que tener en cuenta que el material seco y congelado es muy frágil y que hay que evitar a toda costa la humedad. Si el tiempo es muy húmedo es mejor esperar a otro momento.

Muchas plantas traen ya dentro las larvas que podrían destruirlas mientras se secan o incluso después. El método descrito garantiza la destrucción de todos los insectos. Las bolas de naftalina pueden ser útiles para mantener alejados a los insectos. Los más peligrosos son varios géneros de escarabajitos voladores ("coquitos") cuyas larvas destruyen las plantas secas, y también los "pececillos de plata" (Lepisma saccharina) y las cucarachas, que se comen el papel y la cola. Para evitar los hongos lo más aconsejable es desecar las plantas muy bien antes de guardarlas y preservar los armarios de la humedad. Por ejemplo calentando la habitación en períodos húmedos o poniendo bolsitas de gel se sílice en las cajas (estas bolsitas hay que secarlas periódicamente). Es importante, para evitar contaminaciones, el no trabajar con plantas frecas o sin descontaminar en la misma habitación donde se guarda el herbario.

6. Etiquetado

Con los datos de la libreta de campo se elaboran las etiquetas para cada planta. Una forma sencilla es hacer el número suficiente de etiquetas iguales para todas las plantas de una misma colección, y luego añadir a mano los datos concretos de cada ejemplar. Otra solución es hacer las etiquetas a partir de una base de datos cuando esté el material identificado. En cualquier caso puede servir el siguiente formato:

 

HERBARIO DEL IES "Castillo de Cotes", Montellano

 

Diplotaxis catholica (L.) DC.                                 Fam. Crucíferas

 

Anual, fl. amarillas.

Vulgo: "jaramago"; se usa como alimento de aves canoras

 

SEVILLA: Montellano, casco urbano, junto al Polideportivo

Herbazales ruderales en suelo arcilloso; 210 m.s.m. TF7097

 

11.II.2004

Leg.: C. Romero & al.

Det.: C. Romero                                                                  0001/04

Cuando se tiene la certeza de que el etiquetado se va a retrasar por  falta de tiempo o por cumulación de trabajo, es conveniente hacer etiquetas provisionales a mano, en previsión de una pérdida de datos que arruinaría el valor de los pliegos.

7. Montaje[ii]

El montaje consiste en fijar el ejemplar o ejemplares en un soporte definitivo junto con su etiqueta. Hay diversos métodos. El más sencillo consiste en fijar las plantas mediante tiritas de adhesivo de tela (esparadrapo o similar), sobre una cartulina o papel grueso definitivo.

En primer lugar se pega la etiqueta en el ángulo inferior derecho del pliego (fig. 7) Luego se dispone la planta (o las plantas) en una posición lo más natural posible (fig. 8) y se sujetan por aquellas partes que no importe tapar, nunca por la base de las hojas o tocando las flores, salvo que éstas sean muy grandes, sino por el centro de los entrenudos, pedicelos y pedúnculos (fig. 9).

Fig. 6.- Pegado de papel fino sobre el borde trasero izquierdo de la cartulina

Fig. 7.- Pegado de la etiqueta

Cuando las plantas son muy pequeñas se montan una o dos y el resto se mete en un sobre de papel, que se fijará con cola cerca del centro de la cartulina. Las partes que se hayan desprendido o se puedan desprender, como flores sueltas, hojas o semillas, se meten también en un sobre de papel que se pegará preferentemente cerca del ángulo superior derecho del pliego.

Fig. 8.- Colocación de las plantas sobre la cartulina definitiva

Fig. 9.- Fijación de las plantas mediante tiritas adhesivas

El ejemplar así montado se guarda en un pliego doble de papel fino (camisa), en cuyo borde inferior se anotará a lápiz la familia y la especie. Otra posibilidad es pegar sobre el borde de la cartulina una hoja de papel fino y translúcido (fig. 6).

8. Almacenamiento y ordenación

Los pliegos deben resguardarse del polvo, de la humedad, de la luz directa y de los insectos. Es conveniente guardarlos en cajas de cartón que cierren bien. Éstas a su vez se colocan en una armario metálico de cierre hermético. Los pliegos de especies de un mismo género se introducen en una camisa (pliegos de papel o cartulina algo más grandes y con solapa) con el nombre del género y de la familia. Si son muchos se abre otra camisa.

Hay tres criterios básicos para clasificar y ordenar el material de un herbario:

·        Taxonómico: según su clasificación biológica; permite comparar especies y géneros próximos para identificar un ejemplar nuevo.

·        Geográfico: por su procedencia; es un criterio importante en herbarios de ámbito geográfico mundial.

·        Alfabético, que permite un acceso rápido.

Para un herbario de tipo personal o local recomiendo:

1.      Criterio taxonómico para ordenar los pliegos en especies, géneros, familias y clases o grandes grupos (Helechos, Gimnospermas, Monocotiledóneas y Dicotiledóneas, en ese orden).

2.      Criterio alfabético para ordenar las familias dentro de cada clase, los géneros dentro de cada familia, y las especies dentro de cada género.

9. Bases de datos

Para un herbario personal o local es suficiente con una base de datos sencilla, de un solo fichero, que contenga un registro por cada ejemplar del herbario (por cada número de recolección), aunque el resto de la información de la etiqueta sea algo repetitiva. Los datos etnobotánicos (nombre vulgar, usos etc., es mejor incluirlos en otra base de datos en la que habrá un solo registro por cada especie, o bien incluir un campo con referencias a documentos de texto. Para herbarios más grandes es mejor un sistema de varias bases de datos relacionadas mediante campos de código (fichero de taxones, fichero de localidades, etc.), lo que hace más lenta la consulta y recuperación de datos. Un ejemplo de estructura de base de datos sería la siguiente:

 

Nombre del campo

Tamaño

Contenido (ejemplo)

Familia

20 caracteres

Cruciferae

Género

20 caracteres

Diplotaxis

Especie

35 caracteres

catholica (L.) DC.

Infraespecie

35 caracteres

[var. o subsp. fulanita, si acaso]

Observaciones

35 caracteres

flores amarillas

Provincia

7 caracteres

SEVILLA

Localidad

50 caracteres

Montellano, casco urbano, junto al Polideportivo

Hábitat

35 caracteres

Herbazales nitrófilos

Altitud

4 cifras, sin decimales

210

UTM

6 caracteres

TF7097

Fecha

De tipo fecha

11.02.2004

Legit (recolectores)

30 caracteres

C. Romero

Determinavit

15 caracteres

C. Romero

Núm

8 caracteres

0001/04

Total

309 bytes aprox.

 

 

V.-Uso del herbario

Los usos de un herbario local pueden resumirse así:

1.      Como depositario o testimonio del material de trabajos de campo o de laboratorio.

2.      Para identificar plantas por comparación.

3.      Para la consulta de investigadores (personalmente o mediante préstamo del material).

4.      Para realizar intercambios de material (duplicados) con otros herbarios.

5.      Para obtener datos para trabajos monográficos sobre las plantas: catálogos, especies útiles (medicinales, aromáticas, comestibles, etc.), etnobotánica (usos, nombres vulgares, curiosidades).

6.      Para obtener informes sobre la presencia en la localidad de determinadas especies, por ejemplo especies raras, vulnerables o en peligro de extinción. Esto es muy importante en los informes de impacto ambiental.

7.      Para completar el conocimiento de la flora comarcal, provincial, etc., publicando o comunicando en congresos las novedades que hubiera.

8.      Para realizar exposiciones periódicas temáticas del tipo:

·        "Flores de la Sierra"

·        "Las flores del mal" (plantas venenosas)

·        "La despensa verde" (plantas comestibles)

·        "Flora melitófila" (para la miel)

·        "La vegetación mediterránea" (especies leñosas)

·        "Endemismos béticos y bético-rifeños y su protección"

·        "Curiosidades de  las plantas de... " (plantas parásitas, golosinas naturales, semillas curiosas, orquídeas, etc.)

·        "Las plantas y el arte" (comparación de dibujos al carbón o a plumilla con los modelos naturales)

·        "Las plantas y la fotografía"

·        "Flora  mitológica" (exposición de especies con su correspondiente mitología en la tradición greco-latina: mitología clásica greco-romana, bíblica, etc.)

·        "Malas hierbas y buenos agricultores: especies invasoras y su manejo en agricultura ecológica"

Con frecuencia estas actividades escapan del ámbito exclusivo de la Biología y la Botánica y requieren la colaboración de otras materias: Geografía, Historia, Artes plásticas (dibujo, fotografía), Medicina (Farmacología), Gastronomía, Agronomía, Ecología/Ecologismo, Educación Física... Política (¿por qué no?).

Todos estos usos pueden realizarse también en colaboración con otros herbarios de la comarca o con entidades públicas (Delegaciones de Medio Ambiente, Parques Naturales, etc.) o privadas (asociaciones culturales o ecologistas, cooperativas agrícolas).

 

© Carlos Romero Zarco, Universidad de Sevilla – 11 de Febrero de 2004



[i] Obra de referencia para los alumnos de "Técnicas Experimentales en Botánica"

[ii] Los herbarios para la asignatura "Técnicas Experimentales en Botánica" no deben montarse, sólo se puede cambiar los pliegos de campo por otros limpios y se deben pegar ligeramente las etiquetas para que no se extravíen.